Hola Klaatu. Acabo de leer tu historia y, de verdad, lo siento muchísimo. Yo también he pasado por eso, desgraciadamente. Todo el mundo te dirá que "tranquilo, el tiempo todo lo cura". Pero, si he de serte sincera, yo no sé hasta qué punto eso es cierto. Mi hermana, Estrella, hace ya casi 4 años que murió y yo aún no lo he superado. La tuve desde los 8 años y disfrutamos de ella durante 17 años. Lo bueno que me ha dejado, es mi bebé, Timoteo. Ella es su madre y fue la mejor. Las personas que dicen que los animales no tienen sentimientos, no saben lo que dicen. Timi vió a su madre muerta, pues mi padre la trajo a casa después de tener que dormirla para llevarla a enterrar, y estuvo 2 semanas sin comer mi pequeño. Fue realmente duro para todos, pero especialmente para mí, pues estuvo enferma las 2 semanas antes de mi boda.
Con la edad se hizo una arisca y, para hacerme palidecer de envidia, mi Estrella se enamoró de mi novio. Estaba loquita por él. Pero fuí yo la que estuvo con ella en el veterinario mañana y tarde, sacándola en las horas de visita. Lo mejor fue cuando me prefirió a mí, antes que a mi marido. La llamamos los 2 y me eligió a mí, para darme sus besitos. Fue un día glorioso y eso lo recuerdo ahora, mientras sigo llorando. Decidimos dejarla ingresada mientras me casaba, para que estuviese vigilada y medicada. Tenía una fallo renal y para los perros no hay diálisis. Mi chica aguantó todo lo que pudo y, sé que lo hizo hasta que me casé, pues cuando enfermó, yo sabía que no sería capaz de casarme si mi chiquitina había muerto. Lo peor fue cuando mis padres me llamaron el día después de casarme y me dijeron que volviese rápido, pues Estrella se estaba muriendo. El día de mi boda, le dieron 2 infartos y 3 embolias. Tuvo embolias de repetición hasta la madrugada del domingo al lunes 12 de septiembre, cuando mi padre la llevó al veterinario para sedarla. Yo estaba a punto de irme de viaje de novios, por lo que me siento absolutamente culpable. Mi padre pasó el mal trago solo. En realidad, Estrella era su perra. Fue un duro golpe, pues pensábamos que se estaba recuperando del fallo renal. Empezaba a comer y ya no vomitaba, ni siquiera el agua. Fue como si alguien se hubiese dedicado a chuparle la vida, la vitalidad, su fuerza y, sobretodo, su peso. Mi chica siempre tenía lorcitas en las caderas, pesaba 9kg y, en menos de 1 mes, se quedó en 4'5. Era un saquito de huesos, pero seguía persiguiendo a mi madre por las escaleras, aún cayéndose de lo débil que estaba. Demostró su entereza hasta el final.
Lo malo de haber pasado por este trago, es que sufro más por mi bebé. No puedo evitar pensar que él pueda enfermar, que su corazón falle definitivamente por su soplo. En mis pesadillas me veo sola, en el veterinario, con mi Tim, que es la luz de mi vida, acariciándole mientras le sedan. Sé que has dicho que no se debe pensar en eso, pero es inevitable.
Hace 2 años adoptamos a Nikita, cuando tenía 1 añito. Es una salvaje, pero ya la adoro. Ahora le hace mucha compañía a Timi, pero se han llevado muy mal. Mi padre dijo que no quería tener otro perro, porque ninguno podría reemplazar a su Estrella, pero a los 20 días de su muerte, compraron a Cuqui. Ha aliviado muchísimo el dolor de mi padre, pues tiene una perrita a la que cuidar y mimar.
Ya sabes que todo ésto es muy doloroso, pero recuérdala siempre e intenta dar a otro animal todo el cariño que ella se ganó. Seguro que le hubiese encantado.
Muchísimos besos para toda tu família y ánimo.